Martina, la abuela de Monesterio, sopló sus 102 velas en la residencia de mayores - El Periódico Extremadura

2022-09-24 06:34:31 By : Mr. Peter Li

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Martina sopló las velas, acompañada de sus cuidadoras, compañeros de la residencia y de su hijo José Rafa Molina

Vino al mundo un 17 de abril de 1920. Sus ojos han visto la evolución de las tecnologías: “desde la radio, o el primer televisor que llegó al pueblo, hasta el actual internet, gracias al cual se comunica –ayudada por su hijo--, con sus seis biznietos. Es toda una “superviviente”. Entre otros muchos avatares, su centenaria vida ha sido testigo de una guerra civil y de dos grandes pandemias. “El tifus de la posguerra y el todavía presente covid-19”.

Pese a los achaques propios de su avanzada edad, su salud es envidiable. “Ya no puede leer. La vista no le alcanza, pero se pasea sola ayudada por su andador, por miedo a que sus rodillas no le respondan”. Alguna vez le ha comentado a José, hijo único de Martina, que, “en el silencio de sus oídos, de vez en cuando aparece en su cabeza alguna canción de sus recuerdos”. 

Martina Lancharro Conejo “sabe en qué momento de la vida se encuentra y recuerda cada instante vivido”, explica José, que acudió a la residencia de mayores de Monesterio, para acompañar a su madre en una fecha tan especial.

Martina y José, madre e hijo, en su 102 cumpleaños Rafa Molina

La vecina más longeva del pueblo de Monesterio, que además recibió en 2019 homenaje como ‘Abuela de la comarca de Tentudía’, adelantó la celebración de su, nada menos que 102 cumpleaños, a la tarde del sábado, 16. Lo hizo rodeada de la que ahora forma parte de su nueva familia. Sus compañeros y compañeras de residencia, sus cuidadoras y su hijo José.

Martina dice que se encuentra bien. “Estoy contenta; aunque contenta del todo no se puede estar. Siempre hay algo o a alguien a quien se recuerda”. Nos decía nuestra centenaria protagonista. Martina, que “agradece” el trabajo de sus cuidadoras, se ha adaptado a su nueva situación como moradora de la residencia. “Me llevo bien con todos y no digo a nada que no”.

Para el resto de residentes fue también la de este sábado una tarde un tanto especial. A eso de las cuatro y media merendaron café con tarta y fresas. Martina sopló las velas rodeadas de su hijo, sus compañeros y dos de sus cuidadoras. Y le cantaron el ‘cumpleaños feliz’, con el deseo de poder celebrar el aniversario de martina por muchos años más.

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