Josefa García Ferreño soplaba ayer las velas de su tarta de cumpleaños rodeada por su familia. Esta lucense que acaba de entrar en el selecto club de los centenarios tiene un hijo, dos nietos y tres bisnietos.

Josefa García vino al mundo en el barrio de A Estación de Lugo a mediados de septiembre de 1922. Se ganó la vida como empleada de hogar. Desde hace seis años, cuando falleció su hermana pequeña Maruja, que superó la barrera de los 90, reside con su hijo Tomás y la esposa de este en el barrio de A Milagrosa.

Esta centenaria, según cuenta su hijo, lee "todos los días" el diario El Progreso "incluso sin gafas". En cambio el sentido del oído le flojea.

Esta lucense es una mujer activa. Colabora en las tareas domésticas. Se prepara el desayuno y hace la cama y la limpieza de su dormitorio. Goza de buen apetito e incluso a diario se toma una copa de vino y no perdona el café de la sobremesa. Suele dar paseos de un kilómetro y llama la atención la capacidad de su memoria. "Es como tener un ordenador a bordo. Se acuerda de todo", cuentan.