Bambú, 15 años reinando en la ficción española

2022-06-04 03:37:26 By : Ms. Vicky Zhang

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La productora de origen gallego ha hecho la primera serie española de Apple TV+, como ya hiciera en Netflix tras crear éxitos en TVE y Antena 3.

Cuando una plataforma de streaming desembarca en España y se propone hacer series, hay un nombre que debe de aparecer al principio de todas las listas: Bambú Producciones. La compañía de Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés fue la encargada de hacer la primera serie española de Netflix en 2016, ‘Las chicas del cable’, y Apple TV+ ha tomado la misma decisión. ‘Now & Then’ es el “desembarco” de la plataforma de Apple en la industria patria, y está, cómo no, producida por Bambú.

Como todo lo que tiene éxito, esta productora gallega tiene sus detractores, que desprecian lo que ya es conocido como la “fórmula Bambú” o su empeño en escribir pensando en el público femenino. Pero son precisamente esos factores, entre otros, los que hacen que las plataformas recurran una y otra vez a ellos: después de crear varios éxitos de audiencia (y alguno de crítica) para TVE y Antena 3 y conquistar el mercado internacional, el equipo liderado por el guionista Campos y la productora Fernández-Valdés se ha convertido en una fábrica de ficción que ha dado productos para Netflix, Movistar+, Apple TV+, Amazon Prime Video y Starz Play (estos dos últimos aún por estrenar). Entre 2008 y 2022 han producido 25 series, 4 películas, 2 documentales y 2 docuseries.

¿Cuál es el secreto de una productora que surgió de la televisión gallega, sobrevivió a la catastrófica crisis económica de 2008 y ahora produce títulos que se ven en todo el mundo? La respuesta a esta pregunta es larga y compleja, pero se puede resumir en estas declaraciones de Ramón Campos recogidas en Escribir en serie: “Para nosotros es esencial no avergonzarnos de ir al público femenino. Si te das un paseo por El Corte Inglés te darás cuenta de que los libros más vendidos son libros para mujeres. Siempre hablamos de que el público es como una tarta de cumpleaños en el que las mujeres son el bizcocho, los hombres la nata, los jóvenes son las guindas y los niños son las velas. Sin bizcocho no hay tarta. Es un desparrame”.

El origen de Bambú está en Galicia. Ramón Campos era director de desarrollo de ficción en Voz Audiovisual, donde trabajaba con Teresa Fernández-Valdés, la guionista Gema R. Neira y el director Carlos Sedes haciendo series para TVG como ‘A vida por diante’. Cuando el ejecutivo David Martínez, que había trabajado con Campos en Voz Audiovisual, se convirtió en jefe de ficción en TVE, se le ocurrió que una serie que había desarrollado con él era perfecta para la parrilla de La 1: ‘Desaparecida’.

Martínez puso en contacto a Campos con Grupo Ganga, la productora de ‘Cuéntame cómo pasó’, para que pusiera en marcha el desarrollo del thriller sobre la desaparición de una joven de 18 años en un pequeño pueblo. Como era su idea original, el jefe de Ganga Miguel Ángel Bernardeau dejó en manos de Campos la serie. “Creo que debieron de hacerle los ojos chiribitas porque vio que ‘A vida por diante’ costaba 60.000 euros por capítulo y dijo: ‘Yo me llevo a este gallego, que me hace la serie por cuatro duros, y el resto me lo llevo yo para el bolsillo’”, contaba el guionista en Escribir en serie. Campos aceptó la propuesta, con la condición de formar su propio equipo, el que sería la semilla de Bambú: él y Neira al frente del guion, Fernández-Valdés como productora asociada y Sedes como director.

Una TVE con hambre de series novedosas y la actitud que Campos describiría como “la desvergüenza del que mañana se vuelve para casa” hicieron que ‘Desaparecida’ supusiera un paso adelante en la ficción española. “Hicimos la serie que queríamos hacer sin pensar en la audiencia”, aseguró el creador. Concebida como una serie “feísta para un público más femenino”, se rodó con un naturalismo poco común entonces con una fotografía más tradicionalmente cinematográfica de la mano de Jacobo Martínez, otra figura clave de Bambú, y Migue Amoedo, quien más tarde sería el diseñador visual de ‘La casa de papel’. No tuvo audiencias escpectaculares, pero sí fue aplaudida por la crítica y la industria.

El trabajo con Grupo Ganga no fue fácil, según ha contado Campos. “‘Desaparecida’ fue un caos absoluto. Acabábamos de grabar el lunes, montábamos el lunes por la noche, etalonábamos martes, mezclábamos martes noche y emitíamos miércoles entregando la cinta a última hora. Yo eso no lo había vivido en mi vida y no lo he vuelto a vivir de una manera tan radical”. Pero desde TVE, contentos con el resultado, les pidieron más propuestas.

‘Guante blanco’ sería la primera serie producida por Bambú Producciones. Y fue un gran fracaso a todas luces. Serie policiaca con Carlos Hipólito al frente, su emisión fue cancelada tras tres episodios con malas audiencias. Pero TVE volvería a confiar en ellos para crear ‘Gran Reserva’, serie que mezclaba drama y misterio sobre una familia que tiene viñedos en La Rioja. “Hicimos un ejercicio que no habíamos hecho con ‘Guante blanco’”, explicó Fernández-Valdés. “Pensamos: ‘¿Quién es nuestro público? Señoras, culebrón, ‘Falcon Crest’…’”. El análisis de los puntos débiles de cada serie ha formado parte de la filosofía Bambú desde el principio.

En ‘Gran Reserva’ Campos y su equipo empezaron a dar con la “fórmula Bambú” que tantos éxitos ha cosechado. Entre los ingredientes de esa fórmula está una producción que rentabiliza al máximo los costes. Con la experiencia de producir con presupuestos muy bajos en TVG, Campos y Fernández-Valdés impusieron un modelo de decorados compuestos de paneles rotatorios que podían transformar un espacio en diferentes localizaciones. También llegaron a acuerdos con gobiernos regionales para poder rodar en localizaciones de La Rioja. “Eso de que sólo se pudiera rodar en Madrid nos molestaba bastante”, contó Fernández-Valdés. “Nosotros hemos trabajado mucho en la descentralización. Hemos rodado en Santander, en La Rioja, en Extremadura… Realmente nos hemos recorrido España rodando”.

Otro ingrediente: la creación de un “star system” propio compuesto por actores consagrados y veteranos y nuevas caras atractivas. En esa segunda serie estaban Emilio Gutiérrez Caba y Ángela Molina y caras más jóvenes como Tristán Ulloa y Paula Echevarría, nombres que se repetirían más adelante en muchas otras series de Bambú junto con los de Amaia Salamanca, Kiti Mánver, Yon González o Javier Rey. Además, en el personaje interpretado por Gutiérrez Caba, don Vicente Cortázar, encontró la productora otro de sus elementos más importantes: todo buen culebrón tiene que tener grandes villanos.

Después llegaría ‘Hispania, la leyenda’, la primera de un total de, hasta ahora, 11 series y una docuserie que Bambú ha producido para Atresmedia. “Cuando se estrenó ‘Hispania’ hacía tres años que la televisión no hacía esos datos de audiencia”, recordó Fernández-Valdés. “Estrenamos con 5 millones de espectadores. Nunca hemos vuelto hacer eso”. Un reto, además, que mostraba que Bambú podía aventurarse en distintos géneros. “Recibimos una llamada de Sonia Martínez [de Atresmedia] que dice: ‘Si convertís a los hispanos en gavilanes, la compramos. Los hispanos tienen que ser cuatro cachas guapos y atractivos’”, contó al respecto Campos. “Y cuando colgamos dijimos: ‘¿Cuánto cuesta un caballo? ¿Dónde se consigue un casco?’”.

En aquella época la crisis económica en la que España estaba hundida ya estaba causando estragos en la industria audiovisual. Según cuenta Concepción Cascajosa Virino en su estudio Bambú Producciones and the Transformation of Spanish Television Fiction Production, entre 2009 y 2010 la producción de ficción en la televisión española cayó de las 1.123 horas a las 657. Sin embargo, a Bambú no le afectó tanto como a otras productoras porque acababa de empezar con pocos empleados fijos (Campos, Fernández-Valdes, Neira y el director financiero Sergio Cimadevila) y una sede legal barata en un chalé.

La calidad de sus series también fue clave: podían exportarse fácilmente al mercado internacional por su mezcla de reformulación de géneros tradicionales, valores de producción y puesta en escena sofisticada. “Nos hicimos una promesa a nosotros mismos de intentar estar al día de lo que nos ofrecía la técnica”, explicó sobre ello Fernández-Valdés. “Había algo cómodo en hacer televisión, que parece que para industrializar el audiovisual nos compramos unas cámaras y hasta que durasen… y no. Lo cierto es que cuando nace Bambú no invierte en técnica porque lo que queremos es que el director de foto pueda siempre pedir lo último y por ahí tratar de darle a las series un tinte un poco más cinematográfico… Ahora la televisión ya se concibe con ese estándar de calidad, pero si a alguien le sirve para contextualizar ítems que se reúnen en nuestras series creo que éste es uno: el hecho de iluminar por campos y no plantear las producciones con el parámetro de productividad sino que el dinero esté en pantalla, que se vea… Nos duele mucho el gasto en cosas que el espectador no va a valorar”.

Y dos ejemplos perfectos de todo ello fueron ‘Gran Hotel’ y ‘Velvet’. En ellas la “fórmula Bambú” ahondaría en nuevos elementos, como la creación de un espacio icónico y reconocible, un hotel o unas galerías, donde ocurren tramas tanto profesionales como personales protagonizadas por un grupo de personajes que forman una familia, ya sea sanguínea o no. Como el edificio de la Telefónica en ‘Las chicas del cable’ o el barco en ‘Alta mar’. También incluían otro leitmotiv "bambuíno": historias de época que idealizan el pasado y evitan retratar momentos históricos convulsos.

Mezclas de melodrama y misterio, las dos series fueron bombazos de audiencia gracias a una obsesión de entretener y sorprender al espectador (espectadora, mejor dicho) en sus guiones. “Una de las cosas que aprendí durante dos años es que cuando empiezas a trabajar, intentas estructurarlo todo mucho. ‘Esto va a ir en el tres, esto va a ir en el cinco…’, y luego llega tu primera serie y en el tres te cancelan y aquello tan maravilloso que habías preparado para el cinco no sucede nunca”, dijo Neira. “Entonces dices: ‘A lo mejor hay que apretar un poco más y darle mucho al espectador para que quiera estar ahí y poder darle todos los demás’. Si pasa al capítulo cuatro lo que tenías para el siete, pues ya se te ocurrirá otra cosa, que para eso es tu trabajo. Y si un personaje no es interesante, hazlo interesante que ese es trabajo. No puedes tener miedo de ti misma, de no tener más ideas”.

Las series de Bambú empezaron pronto a llamar la atención fuera de España. La mexicana TV Azteca hizo un remake de ‘Gran Reserva’. ‘Gran Hotel’ se vendió a más de 100 territorios, entre ellos Reino Unido, vía Sky Arts, y Estados Unidos, vía Hulu, y tuvo adaptaciones en Italia, México o Egipto. Finalmente Eva Longoria produciría un remake estadounidense que se estrenó en 2019, con Campos y Fernández-Valdés como productores ejecutivos. Esta última apareció entre los “5 showrunners más poderosos de Europa” en una lista publicada en 2014 en The Hollywood Reporter.

Una empresa clave en este proceso fue Beta Film, distribuidora alemana que adquirió los derechos internacionales de ‘Gran Hotel’ y ‘Velvet’ y ofrecía ambas series en tres opciones: derechos para hacer remakes, la versión original tal y como se emitió en España y una versión re-editada con los episodios adaptados a la longitud estándar en el mercado internacional. Convertir los episodios de los 70 minutos a los 40 era fácil debido a la cantidad de giros que tenía cada uno. Tan fructífera fue la relación entre Bambú y Beta Film que esta última sería coproductora de títulos como ‘Tiempos de guerra’ y ‘Fariña’, otorgando más presupuesto y ambición a proyectos que se convertían así en más competitivos tanto dentro de España como en el mercado internacional.

En Latinoamérica, territorio donde funcionan especialmente bien sus series, Bambú consiguió un acuerdo de tres años con Televisa, donde el remake ’El Hotel de los Secretos’ tuvo mucho éxito. La cadena pagó un millón de euros por año a la productora para que escribieran contenido exclusivamente para ellos en el territorio. De ese acuerdo solo salió la telenovela ‘En tierras salvajes’, en 2016. Ese mismo año Studio Canal adquirió un 33 % de las acciones de Bambú, un acuerdo empresarial que aseguraba a los de Campos a la vez libertad total en sus producciones y el apoyo de un grupo internacional (Studio Canal formaba parte del grupo Vivendi y también había comprado el 20 % de las productoras británicas Urban Myth Films y Sunnymarch TV).

En esta época hubo otro gran fracaso del que Bambú aprendería una valiosa lección: ‘Refugiados’, co-producción con BBC Worldwide, la única serie de Bambú rodada en inglés hasta el momento. Una historia de ciencia ficción con Natalia Tena entre sus protagonistas, tuvo malas audiencias en laSexta y poco recorrido en el mercado internacional, debido probablemente a su ausencia total de elementos locales que pretendían convertir la serie en un relato universal y atemporal pero solo le arrebataban cualquier anclaje e interés en la historia.

Sobre esa experiencia, Campos ha dicho lo siguiente: “Nos demostró que primero hay que conquistar aquí, que si intentas conquistar fuera… ‘Refugiados’ la hicimos pensando en un mercado internacional. En España no funcionó muy bien porque se sintió como una serie de fuera y fuera no la sintieron como una serie propia. Entonces nos quedamos en tierra de nadie y eso no nos ha pasado nunca con las series en castellano. Creo que hay que producir en castellano y a partir de ahí salir al mundo”.

El salto de Bambú de las televisiones tradicionales a las plataformas de streaming llegó justo a tiempo, cuando empezaba la crisis de audiencias en la ficción en TVE y Atresmedia. En 2016, el mismo año en el que ‘Velvet’ acabó su recorrido en Antena 3 con un episodio final que reunió a 4,3 millones de espectadores, Netflix anunció que su primera serie en España sería ‘Las chicas del cable’ de Bambú. A partir de 2017 la productora solo estrenaría en La 1 el fracaso ‘Traición’ y la serie diaria ‘Dos vidas’ y en Antena 3 ‘Tiempos de guerra’, ‘Fariña’ y ’45 revoluciones’, con cada vez menos audiencia. ’Fariña’, eso sí, es la serie de Campos y compañía que mejores críticas y más premios ha recibido, y como ya es habitual ha tenido una segunda vida muy exitosa en el streaming.

Desde entonces Netflix ha estrenado en seis años cinco producciones originales de Bambú. Aunque algunos ingenuos esperábamos que el desembarco del streaming en España supondría la entrada de nuevas fórmulas y narrativas, resulta que lo que Netflix quería producir era más de lo que ya tenía éxito en su catálogo. Que, curiosamente, era lo que antes había tenido éxito en la televisión tradicional. “El vicepresidente de Netflix nos dijo que la primera temporada de ‘Velvet’ le había encantado”, contó Campos. “Nos dijeron que estaban muy interesados en conectar con productoras de España, que si teníamos algo que ofrecerle”, añadió Fernández-Valdés. “Entonces sacamos esos 50 proyectos que teníamos para cable. ¡Saca todo lo que no quieren el resto de cadenas!”. Pero, según Campos, les dijeron: “Queremos ‘Velvet’”.

Ni siquiera en lo formal podían innovar en su salto a la plataforma, según ha contado el guionista: “Decíamos de hacer planos extravagantes y cosas superguays, y de pronto viene Netflix y dice: ‘Planos cortos, por favor. Nuestros mayores visionados son en el móvil. Planos generales no, por favor”.

‘Las chicas del cable’ era una serie que había sido desarrollada originalmente para Movistar+. Cumplía todos los requisitos de la fórmula Bambú, con algunos cambios en cuanto a tono y ritmo. “El público de ‘Velvet’ es más blanco”, explicaría Neira a Escribir en serie. “La protagonista de ‘Las chicas del cable’ es un personaje con un pasado turbio. También vamos un poco más lejos a la hora de contar conflictos personales. Con determinados temas un poco más comprometidos, como el aborto, nos permitimos poner a los personajes en una tesitura que en otras series no haríamos. Y luego, a la hora de la narrativa, como son menos minutos pues vamos mucho más directos y la serie va más deprisa”. Aún más, claro.

Antes de que llegaran fenómenos como ‘La casa de papel’ o ‘Élite’, ‘Las chicas del cable’ logró ser una de las series de Netflix más populares a nivel global a lo largo de cinco temporadas que se estrenaron entre 2017 y 2020. ‘Alta mar’ tuvo tres temporadas entre 2019 y 2020 y ‘Jaguar’ una temporada estrenada en 2021. Además, la película ‘A pesar de todo’ y la docuserie ‘El caso Alcàsser’, sobre el asesinato de tres chicas adolescentes ocurrido en los años 90 en el pueblo valenciano, ha sido una de las producciones de Bambú que más ruido ha hecho en la opinión pública.

Durante esta época Campos y compañía también han producido para Movistar+ tres títulos: ‘Velvet Colección’, spin-off de ‘Velvet’ que fue todo un éxito de audiencia dentro de la plataforma y además fue la primera serie de Movistar+ adquirida por Netflix, ‘Instinto’ y ‘En el corredor de la muerte’.

Dice Cascajosa que “la industria televisiva española se ha convertido en un caso de estudio para las guerras del streaming globales, y Bambú Producciones está liderando el camino, como hizo 10 años antes”. Según su propia web, la productora ha conquistado a 50 millones de espectadores, ha escrito 51.745 diálogos, producido 44.265 minutos de contenido y creado 721 personajes. Tiene pendiente de estreno en Amazon Prime Video ‘Un asunto privado’, un thriller de época protagonizado por Aura Garrido y Jean Reno, y prepara para Starz Play 'Nacho, una industria XXX-L’, en la que Martiño Rivas (otro de la familia Bambú) interpretará al actor porno Nacho Vidal. Además el grupo tiene sus ojos puestos en el cine con la nueva productora fundada por Campos, de nombre Mr. Fields and Friends.

Cuando Apple TV+ contactó con Bambú para encargarle su primera serie en España, buscaba “un tipo de historia muy concreto”, según le ha contado Campos a El Español. Es decir, una serie Bambú. Probablemente Apple quiere repetir lo que Netflix buscaba con ‘Las chicas del cable’: atraer a un tipo de público que ni siquiera sabía del todo bien qué era Netflix. Parece que Bambú tiene el poder de poner a una plataforma en el mapa. Veremos si ‘Now & Then’ lo consigue con Apple TV+, un servicio que tiene varios títulos muy buenos (‘Ted Lasso’, ‘The Morning Show’, ‘Servant’…) pero no ha conseguido calar aún en nuestro país.

Esta nueva serie está protagonizada por Maribel Verdú (su primera vez con Bambú) y varios actores latinos como Marina de Tavira y Manolo Cardona. ¿La historia? Un misterio aderezado con tramas de melodrama, claro. “Es cierto que nuestras series pueden sonar unas a otras porque las hacemos los mismos pero es como decir que las canciones de Mecano me suenan”, reflexionó Campos. “Yo creo que eso nos hace fuertes”.