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Térmica de La Pereda, en Mieres. / JUAN CARLOS ROMÁN
La Comisión Europea ha apoyado explícitamente la valorización energética de combustible sólido recuperado (CSR) y el proyecto de transformación de la térmica de La Pereda en Mieres contempla su uso, así como la biomasa en mayor medida. Pero se trata de un plan que no acaba de recibir el impulso final. Por eso el sindicato SOMA-Fitag-UGT recuerda tanto a la propietaria de la central, Hunosa, como a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que se debe avanzar con esta propuesta de hibridación, «tan necesaria para el futuro de la empresa pública». «Ya no hay más tiempo que perder», urgen en esta organización.
Que la Unión Europea avale este proyecto, continúa el SOMA, señala claramente que el proyecto de La Pereda «contribuye a cumplir los objetivos de la economía circular». En detalle, se informa desde el sindicato que el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, indica que una instalación como la acordada para la central tiene que funcionar con arreglo a permisos basados en el uso de las mejores técnicas disponibles.
El sindicato minero reclama, por tanto, agilizar la conversión de La Pereda «en una central que permita valorizar combustible sólido recuperable (CSR) y biomasa autóctona, de alto valor añadido, dando así oportunidad de negocio, generación de puestos de trabajo, y la posibilidad de crear un biopolo forestal que garantice el suministro a la térmica, permitiendo acoplar los intereses que pueda tener Hunosa, con sus más de 3.000 hectáreas, con los de otras empresas, centros de investigación y propietarios forestales»; todo ello, además de maximizar la sostenibilidad medioambiental y posibilitar la generación de empleo, contando con las subcontratas según las líneas directrices del Plan de Empresa.
El SOMA señala que se trata de un proyecto de gran impacto socioeconómico y que «va engranado perfectamente en una de las líneas prioritarias de la Unión Europea, y alineado con los objetivos que públicamente direcciones generales de la UE, como las de Energía o Medioambiente».
El proyecto prevé una inversión de unos 40 millones de euros para poder dejar de lado la quema de carbón.